martes, 30 de julio de 2013

Evita Berrinches y Caprichos parte 1

Preludio

Dando continuidad al tema de la semana pasada, en donde comenté que abordaría la disciplina en los hijos, como hacer para que no sean tan caprichosos, berrinchudos, etc.  Pero inicié con los padres para tener un antecedente y haciendo mención a cosas si bien son ciertas muy generales, también son de las cosas más comunes que nos encontramos muchos psicólogos en los consultorios. Ahora, toca el momento para los hijos. ¡Vamos pues!

Despegue
Si de disciplina vamos a hablar, hay que considerar estos puntos para comenzar a manejar de una buena manera la situación cuando los niños se ponen difíciles y les da por ser caprichosos o berrinchudos como se acostumbra a decir por acá.
1.- ¡Nunca lo reprendas cuando estés enojado! Este error, la mayoría de la gente lo cometemos y regañamos a los niños cuando hemos perdido la calma, de esta manera, lo único que sucede es que decimos palabras o cometemos actos que en lugar de dejar un aprendizaje en los niños de que no es lo que deben de hacer, lo único que les deja es ver a papá enojado y gritando, mientras que a muchos papás, les deja un sentimiento de culpa. Así que antes de regañar a tu hijo, ¡Mantén la calma!
2.- Los golpes, ¿son válidos? A pesar de que es un tema muy controversial, dado que hay excelentes argumentos para no dar golpes, y argumentos que mencionan que los golpes pueden ser de gran ayuda. Por la extensión del tema lo que les puedo decir que si van a dar de nalgadas o manazos o manotazos a los niños, sean pocos, y como último recurso. Estamos de acuerdo que no se trata de dejar a los hijos como santo cristo pero utilícenlo como último, último, último recurso. Recuerden que les estamos enseñando a los niños que las cosas se resuelven hablando o golpeando.

martes, 23 de julio de 2013

¡Primero los padres!

Preludio

Estoy atendiendo una petición que ha sido reiterada constantemente, pero que por los tiempos y por ya tener una lista de temas que voy trabajando, no la había abordado. Pero debido a que es una inquietud de algunas personas que amablemente se dan el tiempo para escribirme, lo vamos a comentar.
Las preguntas constantes son ¿Qué hago con mi hijo si se ha vuelto berrinchudo?¿Cómo le hago para que mi hijo deje de hacer berrinche por todo? Entre otras preguntas por el estilo. Pero partamos de algo básico, es bien sabido el dicho popular de que los hijos son el reflejo de los padres, y de aquí es donde quiero partir: de los Padres.

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Es cierto que de acuerdo como son los papás, así será el niño, y no sólo hablamos de lo físico sino también de lo emocional y comportamental. Dado que el tema es muy amplio, voy a comentar situaciones muy generales que bien pueden aplicar a muchos de los que son padres. Temo decirles que en esta ocasión tendré que decir las cosas tal cual son, así que serán cosas duras y les pido que antes de otra cosa, reflexionen lo que aquí les expondré.

martes, 9 de julio de 2013

¡Oh cielos! De Celos a Celotipia.

Preludio

Hablar de celos es un tema muy común en muchas parejas y atendiendo a unas de las peticiones, en este artículo  expondré algunos factores que me gustaría que consideráramos sobre el celoso o celosa y algunas cosas que giran a su alrededor.

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¿Los celos son normales? Podemos considerar que si, efectivamente son normales, más cuando como seres humanos tenemos el sentido de pertenencia como una de nuestras características. Y es que todos sin excepción, vemos tanto a las cosas como a las personas como nuestras, de mí propiedad. Esto no quiere decir que está bien que creamos que las personas nos pertenecen y que nosotros al ser sus dueños, podemos tener el control sobre alguien más.
El celoso o celosa, lo único que demuestra es una inseguridad en sí mismo muy fuerte. Pues cree que puede ser desplazado, suplantado en su relación por alguien más. Por alguien que posee más y mejores cualidades que él o ella no tienen, o al menos así lo creen. Y esto por supuesto que es un problema, porque no solo hablamos de un problema de inseguridad, sino también de una autoestima muy pobre, muy baja, así que si eres celoso, revisa tu seguridad y tu autoestima; ahora que si tienes una pareja celosa, ¡también debes de revisar tu seguridad, tu autoestima! ¿porqué sigues con ella o él?
No hay que perder de vista que la persona celosa, le gusta tener el control, poder decir y decidir sobre lo que hace o no hace su pareja. Si lo pensamos detenidamente, es un tipo de violencia, pues impone a través del chantaje o la fuerza su opinión y es él o ella quien decide sobre el otro. Y ¡claro que puede ser violento! Pues al no acatar lo que dice o no seguir lo que pide, forzará de cualquier manera a su pareja para que haga y cumpla lo que él o ella le está pidiendo y su violencia puede ser verbal, física, psicológica y corporal. 

martes, 2 de julio de 2013

El reto es para todos.

Preludio

Hoy fue un día interesante, en el apoyo psicológico que doy en el Departamento Psicopedagógico de la Universidad, una alumna me pregunto: ¿Cómo puedo hacer para tener calma? ¿Para estar en paz conmigo? Estas preguntas fueron detonantes para ella, pues encontró una serie de cosas que puede hacer para encontrar esa paz, esa tranquilidad que en estos momentos necesita, más porque se enfrenta a decisiones que son muy particulares y por si fuera poco, también tiene que cumplir con la escuela, con su trabajo y con el papel de hija que tiene en su familia.
A continuación quiero compartir las cosas que esta chica encontró para tener paz consigo misma. Por obvias razones no daré el nombre de la persona, pero el crédito, claro que lo tiene y estoy seguro que cuando lea el artículo, sabrá que es ella quien inspiró el artículo de la semana.
Despegue

1.- Asumir lo que es mío y dejar lo que no es. Y esto es en toda la extensión de las palabras, y va desde asumir las consecuencias positivas o negativas de los actos que realizamos o dejamos de realizar, pasando por asumir sentimientos que tienen que ver directamente conmigo y sentimientos que otras personas consciente o inconscientemente nos hacen sentir, pero que al final somos nosotros y sólo nosotros, los que decidimos sentirnos de una o de otra forma.