Preludio
En días pasados,
una historia conmovía al mundo, un ser humano, actor de fama internacional, con
muy buena posición económica y social, admirado por su trabajo histriónico, por
su carisma y simpatía, nos mostró un papel, que le costó la vida poderlo
representar.
Despegue
Ya se ha corrido
mucha tinta y mucha saliva, pues la muerte de Robin Williams ha sido uno de los
sucesos más comentados en todos los medios de comunicación a nivel mundial, no
había noticiero, programa de revista o periódico que no estuviera mencionando
este tema.
En mi caso, no hablaré de este gran actor, y
mucho menos cuestionaré o hare prejuicios de su decisión puesto que desconozco como llevaba su vida, no
teníamos una amistad, yo no soy su biógrafo ni él mi paciente.
Aún no acababa yo
de salir de la conmoción cuando en las noticas escucho que una médico
ginecóloga del estado de Michoacán aquí en Méjico, aparece atada de pies y manos, con los ojos
vendados, con cortadas en los senos y en el abdomen
simulando una cesárea, con un mensaje
que al parecer era dirigido a los médicos con pocos escrúpulos. Todo parecía indicar que alguien habría
cobrado venganza, algún bebé muerto, una negligencia médica, en fin; las
investigaciones demuestran que es un auto atentado, que la médico buscaba
llamar la atención de su ex pareja, por eso organiza todo esto, para que su
pareja la voltee a ver; yo sólo pienso que ¡se sintió desesperada!
No sé si es el
destino, aunque alguien me comentaba que era algo así como un “efecto domino”
producido por el suicidio del actor, y muchas personas, envalentonadas – o
liberadas- buscaron terminar con su propia vida. Y cuando leo el periódico
local, descubro que un chico, de escasos veinte años, decide terminar con su
vida colgándose en el interior de su casa.
Tres
acontecimientos, tres sufrimientos, tres personas que pasan al acto, dos lo
logran, la otra lo mantiene latente. Hablo
de tres porque son los únicos que acabo de ver en las noticias, quien sabe cuántos
más de estos actos pasen desapercibidos para los medios de comunicación.
Y estos
acontecimientos me llevan a pensar…¿Qué
nos está pasando como especie? ¿Qué le pasa a la máxima creación del Ser
Supremo? ¿Se alejó tanto de él como mencionan algunos? O es que sólo somos una
especie presuntuosa y egocéntrica que nos sentimos diferentes sólo porque
nuestro nivel de razonamiento, de análisis, de crítica, es superior –al menos
eso decimos nosotros- al del resto de las especies…
¿Es el estrés?
¿La ambición? ¿La poca tolerancia a la frustración? ¿El vacío existencial del
que ya los filósofos hablaban? ¿Es la soledad que dan las redes sociales y el
ciber espacio con su internet? Las preguntas siguen saltando como palomitas de
maíz recién salidas de la máquina y listas para disfrutar con la película. Quiero
buscar un factor que sea el preponderante para que los suicidios nos recuerden
cuan tan frágil es la vida emocional de las personas. Que no importa el dinero,
la posición social, la profesión o que si nuestra vida está rodeada de glamour
o no lo está.
Aplica te
Lo único que sí
sé, es que no podemos cerrar los ojos ni ocultar con nada la importancia de un
equilibrio emocional, la salud mental debe de ser una prioridad de las
políticas públicas en las agendas legislativas, se debe de llevar esto a los gobiernos
de todos los países, dar prioridad en las organizaciones internacionales, en
los tratados, en las convenciones, en la toma de decisiones a nivel local, en
pocas palabras, la salud mental de cada persona, ya no puede ni debe de ser un
lujo, un mero discurso, una mera cifra estadística. Señores de los cultos y
religiones por el mundo esparcidos, les hago una invitación, un llamado para
que se renueven, sus feligreses se están fugando de sus templos, de sus
oraciones, pero el problema es que no saben para dónde ir, a donde llegar. Las
promesas se han quedado en eso. Señores maestros de todas las escuelas, enseñar
que el conocimiento no es una mera herramienta para hincharse de dinero las
cuentas bancarias, sino que abre el pensamiento, hace que las personas se den
cuenta que hay una gran diversidad por descubrir en esto que llamamos vida y
que al conocer más, el vacío se llena con el conocimiento. A ustedes, queridos
colegas, que están o estamos esparcidos por el mundo también va el llamado,
algo debemos hacer y aunque pueda ir en contra de alguna teoría, postulado o
paradigma, llevemos a la gente, nuestros pacientes, una flama de esperanza,
¡qué importa si eso no proponía Freud! ¡Qué importa si es jugar con la mente de
las personas a través de la sugestión como lo mencionan los conductistas! Lo
que importa es el Ser Humano y está de nosotros ofrecer alternativas de
solución, alternativas de vida para que sea un placer vivirla. Aunque, el sufrimiento es también una elección...
Post data. Lo
leí de uno de mis autores favoritos…”El
suicidio, no es más que la manifestación violenta ante la frustración de la
vida”… Arthur Schopenhauer