domingo, 7 de mayo de 2017

Procesión

Preludio

Las vacaciones intermedias de semana santa hicieron que para muchos, el mes de abril pasara como si hubiera sido un suspiro. Apenas iniciábamos el mes y de pronto... ¡mayo sorpréndeme!

Despegue

Y es en base a  la semana santa por donde busco reflexionar. Solo que antes voy a aclarar que no soy la persona más religiosa que se pueden encontrar. Soy creyente y les comparto que Dios y yo hemos desarrollado una forma tan efectiva y buena onda de comunicarnos, haciendo de nuestra relación la de un par de muy buenos amigos, de esos que tienes desde la infancia y pueden pasar horas y horas hablando y cuando llega el momento de despedirse, te quedas con las ganas de volverse a encontrar pronto otra vez. Pero bueno, esa es harina de otro costal.

Retomando la idea de la Semana Santa, escuchaba decir a una maestra de catecismo que este es un tiempo para dedicarlo al arrepentimiento, de ayuno y sacrificio como el que había hecho Jesús de Nazaret para expiar nuestros pecados y culpas pero sobre todo, para mostrarnos que pudo morir para este mundo material y resucitar al mundo espiritual, al mundo divino.
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De esta manera, el filósofo del amor, estaba sentando un precedente. Para trascender al plano terrenal hay que reconciliarse con uno mismo, con los demás y con la Esencia Suprema y trabajar en el plano interno (que a estas alturas de la vida, es en verdad un sacrificio) y externo de nosotros mismos.

Algo que me impacta en este tiempo es la procesión del silencio, ver esos hombres con una pesada cruz cargando, muchos con cadenas atadas a los tobillos, en un total silencio solemne y con un capirote cubriendo la cara para guardar el anonimato y mira que en estos tiempos muchos estamos urgidos de mostrar quienes somos, lo que comemos, a donde viajamos o lo que compramos. Es para mí digno de respeto, admiración y una forma de recordarme que me debe de importar tener fe en los ideales, esperanza en realizarlos como una forma de amor a la humanidad.

Hasta hace poco, entendí que Semana Santa es un momento para reflexionar, para alejarnos de los ruidos del mundo, despegarnos un poco de las redes sociales, medios de comunicación masiva y todas esas cuestiones que nos van llevando a una actitud de  preocupación,  ansiedad y en algunos casos, giramos alrededor de lo que se publica o se deja de publicar.

Es momento de morir, de morir a los errores que venimos cometiendo, personalmente quiero morir a creer que la felicidad está en las cosas materiales, no puedo basar mi felicidad en algo que en algún momento va a dejar de servir y por lo tanto lo desecharé. Es momento de morir a todo aquello que me encadena, que me quita el sueño, que me preocupa. Es preciso renacer y buscar como puedo fortalecer mi espíritu, mi esencia.

Independientemente de la creencia que cada uno de nosotros profese, este es un momento en que se nos invita a ponernos en reconciliación con las personas con las que hemos tenido problemas para resolverlos de la mejor manera, así como también para que nosotros nos pongamos en armonía con nosotros mismos, dejando de ser jueces tan severos o de llevar a nuestro cuerpo a límites extremos con tal de cumplir con nuestro trabajo. Pero sobre todo, a que busquemos una salida alternativa a muchos de los problemas en los que nos vemos inmersos.
Resultado de imagen para ave fenixMe queda más claro que hoy más que nunca tenemos que regresar a nosotros mismos y descubrir cuál es nuestra misión en esta vida. Estamos aquí por algo y sobre todo para algo. 

Nosotros tenemos planes muchos planes, pero desconocemos que estamos aquí para cumplir un propósito. Es hora de irlo descubriendo, encontrando para poder dirigir nuestra fuerza hacia allá. Para eso tenemos que comenzar a escuchar nuestra voz interna. Y me he dado cuenta que esta voz interna es muy tenue, para poderla percibir, es necesario bajar el ruido externo, desatender por un momento las preocupaciones, todas las cuestiones que parecen importantes, porque no lo son tanto. Para escuchar nuestra voz interna es necesario dedicarnos en silencio a encontrarla, reconocerla y así poder seguir nuestro propósito.

Aplica te

No me ha sido fácil renunciar a las cuestiones materiales y más porque estas son seductoras, te atrapan con sus redes. Y es ahí donde esta una lucha que hay que librar.