martes, 17 de noviembre de 2015

Acumular...¿Para qué?

Preludio
Ahora seré un hombre porque libre al fin seré, ahora seré rico, porque nada poseeré…
San Francisco de Asís
Despegue

Me atrevo a decir que la gran mayoría de personas generamos sentimientos de bienestar cuando compramos algo, va desde una prenda de vestir, artículos de joyería, artículos para la casa,   cuando decidimos cambiar el modelo de nuestro celular. O ¿Qué tal te sientes cuando compras un carro?, sea de agencia o usado. Esa sensación que se siente al comprar ¡claro que genera placer!, satisfacción, bienestar y en ocasiones hasta nos provoca motivación. Aunque no todo termina aquí, puesto que las personas no solamente tenemos esta sensación de bienestar cuando compramos, también hay una sensación placentera que experimentamos al acumular.

Los seres humanos somos dependientes por naturaleza y una de esas dependencias ha derivado en acumular una serie de objetos –y en ocasiones personas- que parecieran ser útiles en nuestra vida.
Vamos acumulando un sinfín de cosas: la camisa de la suerte, los calcetines que te regaló la abuela, el primer diente que se te cayó, libros, discos, fotos, souvenirs ó recuerdos de bodas, fiestas de quince años y una gran lista que podemos ir agregando a la serie de cosas que vamos acumulando.

La gran pregunta es: ¿Por qué este placer? Basta recordar un poco que el ser humano tiene una  necesidad de propiedad, de poseer,  de sentir  que “eso” –cualquier objeto o persona-  es  nuestro,  algo así como una extensión de nosotros y que por lo tanto podemos hacer lo que se nos antoje; es el poder que nos da la propiedad privada dijo mi amigo el marxista.