miércoles, 23 de julio de 2014

Conciencia, ni más ni menos.

Preludio

Cuenta una leyenda, que había un discípulo que estaba muy interesado en llegar a la sabiduría, había pasado todas las pruebas que le puso su maestro, en una ocasión, el discípulo llegó a la casa del maestro, atravesó el jardín y fue esta donde estaba su maestro al que encontró meditando, fiel a su costumbre, el discípulo le pregunto: maestro, ¿cuándo llegaré a ser sabio? Con la tranquilidad que lo caracterizaba el maestro respondió: ¿me puedes decir cuántos rosales están plantados a la entrada de mi casa? El discípulo, conocedor de las pruebas, medito por un momento y apenado contesto: no maestro, no me acuerdo, no me di cuenta. –El primer paso para llegar a la sabiduría es estar consciente de las cosas en todo momento. Respondió el maestro.

Despegue

Tomar conciencia. Puedo realizar todo un ensayo filosófico, antropológico, político o lo que sea pero ustedes saben que se trata de tratar este tema de manera sencilla, enfocado a que podamos ponerlo en práctica. Así que sin más preámbulo, ¡A darle!
Independientemente de la escuela o teoría psicológica que les agrade, todas estas visiones de la Psicología  van en busca de que las personas tomemos conciencia de las cosas. Tener conciencia de quien soy, cuáles son mis defectos, cuales mis virtudes, que he dejado de hacer, que de todo lo que hago de mi vida me han ayudado, etc.
Puede sonar fácil el decir: “yo estoy consciente de lo que hago” pero en ocasiones a poco no les ha pasado que incluso se nos olvida lo que comimos ayer, bueno incluso algunos nos preguntamos en algún momento del día -¿Sí desayune? ¡Porque ni me acuerdo!  Hay personas que  juraban y perjuraban traer las llaves de su casa en la mano y se dan cuenta que cerraron la puerta y las llaves están adentro. Bueno, le comparto que en alguna ocasión escuche de alguien decirle a su amiga: ¡No manches! ¡Se me olvido ponerme los calzones!  Y ojo con esto, no es que estemos perdiendo la memoria, o que ya tenemos lagunas mentales, pero por supuesto que no. Es porque no estamos conscientes de lo que estamos haciendo, de lo que estamos comiendo, de lo que estamos viviendo.