Preludio
No podía dejar pasar esta fecha sin hacer referencia al tema.
Tengo la fortuna
de dar clases en la Licenciatura en Psicología en un par materias, y a los
alumnos, cuando les dejo lectura, les pido que más que hacer un resumen, o mapa
conceptual, busquemos trascender la
lectura y manifiesten lo que les hizo pensar, las dudas o las reflexiones que
se detonaron al leer. Considero que es
más enriquecedor para todos, comentar esto que solamente decir: ...”en la lectura el autor dice...” ¿y tú qué dices? Es lo que a mí me importa.
Despegue
Partiendo de
este breve comentario, trascendamos el tema.
Poetas,
filósofos, religiosos, científicos y muchísimas personas más, se han dado a la
tarea de compartir un aporte de lo que es el amor y el desamor. Muchos - o
todos diría yo- han partido de lo que les ha tocado experimentar. Yo les
comento que en algún momento de mi vida, consideraba que el amor no era más que
una necesidad, basaba esta versión mía al decir, que el ser humano tiene la
necesidad de amar y ser amado, de sentirse importante para alguien, de ser la
motivación de alguien más. A esto le agregaba que –hablando del amor en pareja-
es el deseo sexual es el principal motivador en este amor en pareja y que
aunque nos gane el pudor, todos, -unos más conscientes que otros-, buscan tener
una relación sexual, y claro, es parte de nuestra naturaleza, es gratificante,
aunque no sé porque se ha decidido manipular, asustar, amenazar al ser humano
si este quiere ejercer su vida sexual activa. Hay muchos intereses de por medio
–creo- por eso algunos han tomado a la sexualidad humana por asalto y la han
secuestrado.
Yo tenía una
visión del amor, de un amor egoísta, centrado en mí mismo, mis necesidades, mis
caprichos, mis intereses, mis, mis, mis.
¿Demasiado egoísmo? Tal vez, pero ese amor que no me interesaba compartirlo con
nadie, era el que me satisfacía, me hacía sentir pleno. Por lo tanto, era mi
visión del amor.
Pero todos
sabemos –¿cómo lo sabemos?, no lo sé- que hay diferentes formas de amor. Para
unos hasta lo categorizamos y decimos que hay amistad, cariño y amor. Siendo
esté el más fuerte y la amistad un sentimiento con menos fuerza. De ahí que no
demostramos de la misma manera nuestro amor
a un amigo que a nuestra pareja o cambia de manera radical la manera en que
expresamos el amor a un hijo que a nuestra madre. Y entonces así, vamos
haciendo una diferencia entre las
personas que nos rodean.
En este navegar,
me encontré con algunos autores que hablaban del desamor, y que el amor no era
más que una farsa, una necedad, era una idea
creada por alguien más para someternos, para mantenernos controlados, embriagándonos de este sentimiento que
nos lleva a la sinrazón, a los comportamientos viscerales, esos que atentan contra
uno mismo, a las ideas y actos suicidas… a morir por amor.
Hubo otros
personajes que leí, que decían que el amor no es más que un proceso cerebral,
que vasta un estímulo que llegue a nuestro cerebro a través de la vista, el
tacto, el gusto o cualquier otro sentido, para disparar una descarga de
dopamina, serotonina, que mezcladas con otras sustancias, hacen que nuestro
cuerpo, comience a experimentar los síntomas del amor.
Adentrarse en
este mar de amores se corre el riesgo
de perderse, pero ¿quién en la vida no ha perdido rumbo? Lo mencioné antes, yo
era una persona que no creía o tenía –mejor dicho- una versión muy particular del
amor. Pasaron algunas cosas para darme cuenta de algo, no sé si estaba equivocado,
pero lo que si les puedo compartir es que cambió mi visión, cambió mi forma de
entenderlo, de sentirlo.
Lo que sí me
queda claro, es que el amor o la falta de este, genera una motivación o
desmotivación en el Ser Humano. Por amor se han realizado grandes obras
maestras, en todos los ámbitos, en la pintura, en la arquitectura, en la
música. Como también, la falta de amor, ha llevado a la tragedia a quienes lo
viven, a quienes lo sufren. Aunque muchos de ellos también hicieron por desamor
grandes obras en la música, en la filosofía, en la pintura.
Aplica te
Quienes siguen
este blog, saben que más que dar recetas, es compartir experiencias. Más que
verdades absolutas y definitivas, es compartir la verdad vista desde este lado.
Gracias a que conocí a una gran persona, comencé a ver el amor desde otro ángulo.
Gracias Laura, por mostrarme que hay otra perspectiva del amor. A Génesis, que
me ha enseñado el amor tierno, a mi familia y amigos que desde su lugar en el
espacio me han mostrado otros lados de esto que llamamos amor. A todos y cada
uno de ellos, ¡Los Amo!