lunes, 2 de febrero de 2015

La Solidaridad un valor, un sentimiento.

Preludio
Uno de los sentimientos o valores que como Seres Humanos compartimos con otras especies es la Solidaridad.

Para vos y los tuyos  Toñito Jiménez Lomelí que también son los nuestros. 

Despegue

Como ustedes saben, en cada publicación tengo el objetivo de invitarnos a reflexionar y mejorar nuestro actuar en la vida cotidiana. Es por eso que en este artículo breve, sencillo y elaborado con mucho afecto, haré una pequeña reflexión de la Solidaridad.

Si nos fuéramos a las cuestiones académicas nos encontramos que la Solidaridad es un sentimiento y/o valor que tiene por objeto unirse entre dos o más personas para lograr un objetivo o meta. Inclusive, hay quienes hacen mención de la Solidaridad nos dicen que también es compartir con el prójimo.
Lamentablemente, parece que la tendencia es a dejar de lado este valor o sentimiento que tenemos como humanos. Y estamos privilegiando una tendencia más egoísta, más individualista, en donde primero satisfago mis necesidades Yo, después Yo y hasta el último Yo y si me queda algo que ya no me sirva, lo regalaré (ojo, esto no  es compartir, sino desechar).

La vorágine de la vida moderna, está cobrándonos la factura, pues todos estamos preocupados por ser mejores, más rápidos, más eficientes, más inteligentes, a costa de lo que sea. No importa si pisoteamos al otro, si hablamos mal de los demás, se trata de que Yo brille, que sea Yo el que destaque, Yo soy el que disfruta, el que siente placer, hay quienes se preocupan más por sus orgasmos que por los de su pareja. Así pues estamos más preocupados por el Yo que por el Otro o el Nosotros. Pudiéramos pensar, que vamos contra natura, pues el Instinto Gregario es aquello que nos lleva estar agrupados, en sociedad, para poder satisfacer gran parte de nuestras necesidades primarias.


¿A qué nos puede llevar este egoísmo? No solamente a vivir aislados y ver en nuestro semejante a un objeto del cual me puedo servir, me puedo valer para lograr mis objetivos, mis intereses, mis necesidades. Estaremos perdiendo parte de nuestra humanidad e inclusive de nuestra naturaleza. Pues si hubiéramos sido diseñados para ser entes aislados, tal vez ni necesitaríamos del sexo opuesto para reproducirnos. Pero no es así, estamos diseñados para complementarnos, para realizar tareas tanto de manera individual como colectiva. Pero la tendencia es otra, cada día somos bombardeados desde diferentes flancos para que tengamos miedo del otro. Que si la delincuencia, que si la desconfianza, que si la ambición desmedida, etc. Total, que desconfiamos hasta de nuestra propia sombra. Nos cae de raro que alguien extraño nos salude con una sonrisa, pues muchos inmediatamente pensamos: “¿me ira a robar?” “Tal vez quiere abusar de mi” “se me acerca porque tiene un interés” por mencionar algunas.

Para nuestra buena suerte, el fin de semana, vi –porque nadie me lo contó- como un grupo de vecinos se organizaron para realizar una kermes –una venta de comida en la calle, así se le conoce a esto en Méjico- para recabar fondos para una persona que estaba gravemente enferma. Pero no sólo eso, era con la finalidad de apoyar tanto al paciente como a la familia del mismo, más allá del dinero recabado por la venta de comida, hubieran visto la Solidaridad de los vecinos. Como desinteresadamente, pusieron voluntad, ganas, dinero, tiempo, esfuerzo, pero sobre todo, su mejor sonrisa para que las personas –propias y extrañas- nos acercaramos y los ayudaramos a cumplir esta noble causa. ¡Apoyar al prójimo¡ ¡Solidarizarnos un momento a pesar de su situación!
Son estos momentos en los que personalmente creo y renace mi confianza en las personas, en los seres humanos, y me convenzo de que hay personas en este país y en muchos otros que no han perdido esa esencia humana de la Solidaridad. De ayudar al otro a lograr fines, metas en común, que si bien es cierto se pudiera entender que ayudamos a que otro logre su objetivo, pero que la satisfacción que te queda cuando vez al otro lograrlo, tú te quedas con esa plenitud, esa sensación de satisfacción que ningún sueldo, ningún reconocimiento, ninguna medalla te da.

Estos son los momentos y estos son los motivos por los cuales debemos de seguir adelante, sin perder la motivación, el interés, la pasión. De que cuando ayudamos a otros, nos ayudamos a nosotros mismos.

Aplica te

Debo agradecer a dos personas que me han demostrado su calidad humana hablando de Solidaridad. J. Antonio Rosales Y Rodolfo González. Y que se puede concretar en esta frase: “Si les va bien a ustedes, me va bien a mí. Porque solos, no podemos.”   


Post data. Altamente recomendable la peli, “Cadena de favores”

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