Preludio
Dicen que el
General Lázaro Cárdenas del Río, cuando fue presidente de México mencionó que
cuando muriera, no hicieran los tres días de duelo nacional que generalmente se llevan a cabo cuando un
presidente muere. Y que mejor se trabajar igual o con más fuerza que otros
días.
Despegue
Estamos entrando
al primer trimestre del año, y a partir de marzo, vienen muchos días en los que
se conmemoran diferentes fechas que van desde el día de la mujer hasta el día
de la familia, día del niño, el de la madre, el maestro y un sinfín de
efemérides más.
¿Recuerdan que
en la escuela primaria, cada lunes en los honores a la bandera se dicen las
efemérides de la semana o del mes? ¿Alguno de ustedes les toco decir alguna
efeméride? ¿La pudieron leer o su maestro se las hizo aprender de memoria?
Personalmente
siempre me he preguntado ¿sí se logra el fin de las efemérides?
Recordar la
fecha de un suceso importante como lo puede ser un natalicio o un aniversario,
no debe limitarse a solamente hacer el acto o rendir el homenaje ese día. Se
debe de practicar diario. Si hablamos del día del amor y la amistad como fue el
día de San Valentín, hay que amar al otro y ese amor es desde tolerarlo con
todos sus defectos y aprovechar sus virtudes, sin quererlo cambiar a como nos
gustaría que fuera esa persona. También tenemos el día internacional de la
mujer y además de los bellos discursos que se pronuncian por doquier, es
urgente que respetemos a las mujeres los otros 364 días del año. Evitemos los
piropos ofensivos, las miradas lascivas o algún tipo de violencia en contra de
las mujeres.
Y pudiera seguir
así, comentando cada una de las efemérides y sobre la importancia de poner en práctica
lo que ese día nos está recordando. Pero
lo importante es eso. ¡Ponerlo en práctica! ¡Aplicarlo ya!
Valoro mucho que
haya personas en la vida luchando para que en algún día del calendario se
reconozca y se celebre un acontecimiento importante o se reconozca a una persona
o su trabajo que dejó. Pero lo que realmente admiro de esas personas es que día
a día están en pie de lucha, trabajando por esos ideales que promueven, concientizando
a otros para sumarse a la causa y luchar hombro a hombro. Para que así seamos
más los que vamos en busca de una sociedad mejor, más igualitaria, en donde
hombres, mujeres, judíos, católicos, homosexuales, lesbianas y toda esa gran
diversidad pueda convivir en paz, en armonía. Si no podemos congeniar con
todos, al menos si podemos tolerarnos.
Aplica te
A casi tres
meses de la muerte de mi padre, es lo que precisamente estoy pensando. No solo
me basta con recordar que fue un 3 de enero cuando dejó de existir, y no me he
parado en su tumba el 3 de febrero ni el 3 de marzo; busco otra manera de
honrarle, de tenerlo presente y eso con preservar y reproducir las cosas que de
él pude admirar. Recordarlo no solo cada 3 de mes, sino aprender de lo que él
nunca se rindió y siempre lucho por sus ideales. Muchas veces no la vio fácil,
pero de que fue una persona íntegra y fiel a sus convicciones. Y
si de algo estoy seguro es que a mi padre no le gustaría vernos llorando en su
tumba, sino que vivamos y luchemos por lo que queremos, que disfrutemos cada
día y a la gente que nos rodea. Por eso lo vuelvo a repetir: La mejor forma de
honrar a los que se han ido es seguir viviendo, aunque duela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario