Preludio
Nada grande se ha hecho en el mundo sin
pasión –gracias Hegel-
Despegue
Dadas las cada
día más deplorables condiciones que vivimos como sociedad, al menos en Méjico,
aunque cuando veo o escucho los noticieros considero que hay una descomposición
social muy fuerte.
Constantemente
veo a muchas personas decir: “el cambio
está en ti” y honestamente, la siento una frase hueca, vacía y si me lo
permiten hasta conformista. ¿Conformista? Para mí si lo es, y lo es porque
evidentemente cada uno de nosotros puede cambiar, pero hay otros que no se
dejan, que no les interesa o que les da flojera, ¿pero entonces?
¿Obligarlos? ¿Exigirles?...
¡No, efectivamente
no es fácil! Porque requiere de un gran esfuerzo dijo el comercial de la
extinta C.F.E. Esfuerzo que no muchos están dispuestos a realizar, pero los que
ya lo realizamos, con mucho esfuerzo, con mucho sudor y fuerza de voluntad, no
podemos esperar a que las demás personas cambien, porque lo más probable es que
tengamos que esperar sentados, si es que no llega primero la muerte.
O les propongo
algo, dejemos que nuestra imaginación vuele, subámonos en el barco de la
Historia y dejemos que nos lleve al momento de Independencia, ese momento en
que “un loco” o varios locos, soñaron con ver a su país libre, independiente,
tomando sus propias decisiones sin tener que consultar al dominante, a la
Corona Imperial. No voy a narrar cada hecho, mejor, los invito a que le
piensen…¿Qué hubiera pasado con Miguel Hidalgo y Costilla si hubiera decidido
esperar a que el cambio se diera en los nativos mejicanos? ¿Se imaginan a
Nelson Mandela esperando a que la gente cambiara? ¡Tal vez hubiera muerto en la
celda! O se imaginan a los revolucionarios franceses que tuvieran que estar
sentados para esperar el levantamiento del pueblo y la tan afamada toma de la bastilla? Habrían muerto
esperando a que todos cambiaran, casi se los puedo asegurar.
Por lo tanto, debemos de salir de la
trinchera, aquellos que sentimos que ya hicimos el cambio en nosotros, ahora
debemos de salir y no esperar a que los
demás cambien, más cuando sabemos que muchos esperan quien los motive, los
anime o en el peor de los casos y como dijo mi abuelo Alberto Rubio gran
ferrocarrilero “hay gente que necesita y
les gusta ser arriada”
Aplica te.
Entonces ahí está
nuestra tarea, no podemos quedarnos en nuestras trincheras y esperar, tenemos
que salir, nos urge salir y exigir que los demás den el cambio, porque el día
de mañana nuestros hijos crecerán y necesitan personas que ya estén en el
cambio o al menos en el proceso y no gente estática, gente conformista, gente
que esté solamente ahí viendo pasar la vida, o te pregunto:
1. ¿Quieres un maestro estático para tu hijo?
2. ¿Estás dispuesto a que nos gobiernen los
mismos que solo buscan pasar de un puesto a otro?
3. ¿Vas a tolerar al mismo funcionario público
que no busca alternativas de solución?
4. ¿Estás dispuesto a pedir un cambio en las
personas que no lo han dado y /o en el mejor de los casos, pedirles que se
hagan a un lado?
5. ¿Seguirás tolerando el mal trato y
deficiencias de las personas que no quieren cambiar?
Si estás conmigo ¡¡Salgamos de las
trincheras, ya!!
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