martes, 5 de mayo de 2015

Día de pago


Preludio

Lo malo de la victoria, es que no es eterna, tampoco la derrota.

Despegue

Estimados todos, me da gusto saludarlos por este medio.
Es por ustedes sabido que me aprovecho de este ciberespacio para poder compartir con ustedes algunas de mis reflexiones,  producto de las cosas que voy viviendo a diario.

Comienzo este artículo con esta frase en donde ni la victoria ni la derrota son para siempre. Pero hoy no hablaré de la victoria, hoy los invito a reflexionar sobre la derrota. Pero no de la derrota  en donde has dado tu mayor esfuerzo, esa, en la  que has dejado tu sudor, tu cansancio, tu aliento, tú ser. Esta derrota no tiene discusión, no está en tela de juicio y si me lo permiten, esa es una derrota justa y nos queda más que honrarla y aprender de ella.

Hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre la derrota injusta. ¿Por qué este término de derrota injusta
Les voy a compartir lo siguiente: en una de las clases, discutíamos si era preferible sufrir una injusticia o cometer una injusticia. Como era de esperarse, la mayoría coincidimos que preferíamos sufrir una injusticia que cometerla, pues nadie quería cargar con esa responsabilidad o cargo de conciencia que fue el término más utilizado en esa ocasión. Y es lógico de pensarse así, pocos queremos y estamos dispuestos a asumir o cargar con culpas sin necesidad, aunque a veces, como lo he comentado: los dichos de los viejitos, son evangelios chiquitos. Y eso, ya me da mucho que pensar.


Resultado de imagen para pinturas VictoriaEn fin, como les comento, pensemos en esa derrota injusta. Esa derrota en donde alguien, tramposamente, te pone el pie para que caigas. Pensemos en un jefe que quiere echar a alguien de sus colaboradores y está buscando y buscando para encontrar ese algo que pueda servirle para deshacerse de ese colaborador que ya lo tiene harto, o que la comunicación ya no es buena o que simplemente ya no lo tolera. Y así pasa las noches nuestro jefe tratando de encontrar un leve indicio que le sirva para sus fines.

O que tal cuando uno de tus amigos, está esperando que cometas una leve equivocación para poder aprovecharse de tu situación y sacar provecho de eso. Les comparto que alguna vez, alguien me comentó que precisamente su mejor amigo, estaba esperando que tuviera una discusión con su novia para aprovechar y generar la discordia entre ambos, así vendría el disgusto y que la relación terminaría y de esta manera, poder aprovechar el pleito y comenzar a seducir a la chica. ¿Qué enredo verdad? Lo peor es que si pasó y así fue.

Puedo seguir enumerando más derrotas injustas o tal vez ya vino a tu memoria una derrota injusta, en donde nunca pensaste que te jugarían de esta manera,  tú estabas tan confiado y de repente, ¡zas! No la viste venir que cuando quisiste reaccionar, era demasiado tarde.
Es aquí en donde precisamente te dan ganas de maldecir a todo mundo, de pelearte y enojarte con la vida, con Dios, con el destino, con la naturaleza, con las demás personas, bueno, en ocasiones, terminas hasta enojado contigo mismo. Es cuando te decepcionas y sientes que todos en el mundo no merecen tu confianza. Vez como el mal parece triunfar sobre el bien, pues mientras que la gente que lucha, se esfuerza y trabaja hasta el doble o el triple, hay gente que no hace las cosas del todo bien y le resultan de maravilla. Que se valen de trampas y cosas fuera de la ley para lograr sus objetivos, mientras que tú, toda la vida esforzándote y haciendo sacrificios y  ¿cuál es el resultado? No el que esperabas y en el peor de los casos, el más adverso.
Pero déjame decirte algo, -que estoy seguro que ya lo sabes-, esto no es para siempre y aunque parezca lo contrario, es momento de redoblar esfuerzos, de no dejarse caer, pero aclaro, se vale enojarse, hacer berrinche, llorar, ponerse triste, eso se vale, lo que no está permitido es quedarse ahí. 

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Hay que seguir, pues es aquí en donde se demuestra el temple, en donde tenemos que sacar de lo que estamos hechos, recuerda que ningún mar tranquilo hizo buenos navegantes. Duele, claro que duele, a nadie nos gusta el sabor amargo de la derrota, menos el de la derrota injusta. Precisamente por eso, por probar las mieles de la justa victoria, es necesario seguir luchando, mantenerse de pie aunque estos se nieguen a responder. Venimos a dejar nuestra huella, nuestra marca, nuestra esencia. Es momento de no rendirse, es momento de orar, de reír, de soñar, de no perder las esperanzas, y que por más negra que se vuelva la noche, por más dura que sea la tormenta, por más doloroso que sea, siempre, siempre saldrá el sol nuevamente, anunciando que las nubes se van y que llega la calma nuevamente, las heridas cicatrizarán, se sanaran, y es ahí estimados amigos en donde saldrá nuestra Victoria Triunfante, donde se materializarán nuestros esfuerzos, nuestros sacrificios. Y las mieles de la satisfacción que produce la Victoria Justa, endulzaran nuestro momento, nuestra existencia. Aunque ¡cuidado! La vida de esto se trata, de sortear la tormenta, de fortalecer nuestras emociones y aumentar nuestra capacidad de recuperarnos, de tolerar cualquier frustración. Esto queridos amigos, es nuestra Victoria.

Aplica te

Cuando parezca que todo esta adverso y que los malos van ganando, recuerda que aún hasta el más férreo dictador, el más poderoso monarca, el más astuto, el más déspota, ¡Cayó! No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.
Resultado de imagen para estrella misticaLo negativo, lo injusto, lo que va en contra de la ley, tiene un lado muy seductor, pues te hace creer que tienes todo fácil y al alcance de la mano, parece que las victorias usando las trampas y las injusticias son más rápidas en obtener y sin tanto esfuerzo. Pero recuerda, lo que realmente vale la pena, se requiere de esfuerzo, de trabajo, dedicación y mucha pasión. Bríndame ese voto de confianza, que cuando tienes una Victoria Justa, nada ni nadie te la quita ni te la arrebata, contrario con lo que pasa con la victoria injusta, algún día la pagarás muy cara y lo que hayas podido ganar…lo perderás todo.



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