martes, 17 de noviembre de 2015

Acumular...¿Para qué?

Preludio
Ahora seré un hombre porque libre al fin seré, ahora seré rico, porque nada poseeré…
San Francisco de Asís
Despegue

Me atrevo a decir que la gran mayoría de personas generamos sentimientos de bienestar cuando compramos algo, va desde una prenda de vestir, artículos de joyería, artículos para la casa,   cuando decidimos cambiar el modelo de nuestro celular. O ¿Qué tal te sientes cuando compras un carro?, sea de agencia o usado. Esa sensación que se siente al comprar ¡claro que genera placer!, satisfacción, bienestar y en ocasiones hasta nos provoca motivación. Aunque no todo termina aquí, puesto que las personas no solamente tenemos esta sensación de bienestar cuando compramos, también hay una sensación placentera que experimentamos al acumular.

Los seres humanos somos dependientes por naturaleza y una de esas dependencias ha derivado en acumular una serie de objetos –y en ocasiones personas- que parecieran ser útiles en nuestra vida.
Vamos acumulando un sinfín de cosas: la camisa de la suerte, los calcetines que te regaló la abuela, el primer diente que se te cayó, libros, discos, fotos, souvenirs ó recuerdos de bodas, fiestas de quince años y una gran lista que podemos ir agregando a la serie de cosas que vamos acumulando.

La gran pregunta es: ¿Por qué este placer? Basta recordar un poco que el ser humano tiene una  necesidad de propiedad, de poseer,  de sentir  que “eso” –cualquier objeto o persona-  es  nuestro,  algo así como una extensión de nosotros y que por lo tanto podemos hacer lo que se nos antoje; es el poder que nos da la propiedad privada dijo mi amigo el marxista.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Solo México


Preludio
Vagué por México, corrí por todas sus costas, sus altas costas acantiladas, incendiadas por un perpetuo relámpago fosfórico. Pablo Neruda

Despegue

Si bien es cierto que el país atraviesa unas serie de crisis más fuertes de los diferentes ámbitos. La corrupción, la inseguridad, el narcotráfico, la falta de credibilidad del Gobierno y sus Instituciones, son navajas que día a día desgarran al tan lastimado Méjico.
Resultado de imagen para MexicoLeer a Carlos Fuentes, Octavio Paz, Roger Bartra y demás intelectuales que han intentado acercarse a la mejicanidad y su diversidad de tradiciones, sabores y olores, lo han hecho de una manera casi romántica, soñadora y en ocasiones políticamente incorrecta.
Pero también es cierto que son pocos, muy pocos los intelectuales que viven en el día a día del mejicano promedio. Para ellos, es muy conmovedor los rituales de día de muertos e inverosímiles festejar –un día como hoy- un grito de independencia, para callar el resto del año.
Resultado de imagen para mercadoMéxico se conoce por sus mercados, mencionó alguna vez Pablo Neruda. México es más que Chile, es el dulce de los ates y las cajetas, es la carne asada y el pescado empapelado. México son piñatas y posadas, es olor a incienso y veladoras. Es sudor y sangre del viacrucis, es el olor a pólvora dedicada al santo patrono de los miles de pueblos, comunidades y rancherías. México también es el arte de Rivera, de Siqueiros, de la Kahlo o de Orozco. Es moderno y actualizado, son los centros comerciales que vienen a revolucionar las relaciones interpersonales. Son los jaripeos, las corridas de toros, la pelea de gallos, también eso es México. Sus melodramas televisivos, que aunque le causen escosor a más de un ciberfeisbuquero revolucionario, ha dado proyección a este país al mundo entero; podrá no ser la mejor, pero es también material de exportación.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

martes, 11 de agosto de 2015

El descanso de la escalera


Preludio

Si pensamos que una escalera está diseñada para comunicar varios espacios situados a diferentes alturas. El trayecto de la vida, es muy parecida a una escalera.

Despegue

Cuando iniciamos el transitar por la escalera de la vida, vamos adquiriendo  diferentes técnicas  para ir subiendo. Escalón por escalón, paso a paso es la manera por la que comenzamos a familiarizarnos con la escalera y su estructura. Vamos descubriendo capacidades y habilidades que poseemos para ir ascendiendo.

Aprendemos a subir cada escalón sin tropezarnos, mantener el equilibrio y seguir adelante.
Nuestra escalera no está sola, hay mucha gente que también va formando parte del viaje. A cada paso que das conoces personas, que van también subiendo esta escalera. Algunas te acompañan, otras tantas se detienen junto a ti, caminan a tu ritmo para después acelerar el paso e irse, otras tantas, deciden caminar más despacio y se van quedando.
Experiencias, formas de pensar y sentimientos vamos atesorando y desechando en esta convivencia e interacción que tenemos con más personas. Vamos experimentando los sabores y aromas de la vida. ¿A qué te sabe el amor? ¿Cuál es el olor del miedo?

Muchas veces, nuestro caminar es pausado sin ser lento, vamos escalando bajo nuestro propio ritmo, en otras tantas, esos pasos se convierten en tremendas zancadas que vamos prácticamente corriendo por la escalera.

No estamos exentos de trastabillar y caer. ¡Caer lastima! deja moretones en nuestro cuerpo, otras tantas lo rasga, exponiendo nuestra piel y la sangre se manifiesta. Pero no solo duele la caída, también cuesta el esfuerzo de obligar a un cuerpo maltrecho a que siga subiendo.